Hay partes de nuestro cuerpo que están más expuestas que otras en el día a día. El rostro es, sin duda, la más notoria, y por tanto la que más debemos cuidar si queremos mantener una piel saludable. Hoy vamos a ver cómo el exfoliante facial es imprescindible para lograr este objetivo.
Debemos pensar que el rostro no sólo está constantemente expuesto a los rayos del sol, también al calor, al frío, al maquillaje, a la contaminación… Todo ello hace que nuestra piel pierda vitalidad, que aparezcan arrugas o que los poros estén más sucios. Eliminar todas esas células muertas que deben regenerarse nos ayudará a paliar estos efectos y para ello la exfoliación es una herramienta clave y muy útil. De hecho, puede aplicarse en cualquier parte del cuerpo, aunque hoy nos vamos a centrar en la facial.
La exfoliación facial y sus beneficios
Como hemos dicho, la exfoliación facial es el proceso natural de renovación celular de la piel. Nos ayuda a mantener el cutis saludable, la piel limpia y cuidada. Es un ritual de belleza fundamental, pero también es importante para la salud de nuestra piel.
¿Qué conseguimos con la exfoliación? Desde tener la piel más limpia y radiante hasta eliminar todas las impurezas provocadas por la constante exposición en el ambiente. Nos ayuda a reducir la producción de grasa en la piel y reactiva la microcirculación sanguía de la zona, lo que se traduce en menos hinchazón.
Se recomienda hacer una exfoliación una vez a la semana, dependiendo de si tienes la piel más o menos grasa podrás hacerlo con mayor o menor frecuencia. En Clínica Estética Bajo podemos hacer un estudio de tu piel y recomendarte los mejores tratamientos para mantenerte siempre con un rostro perfecto. Si aún no nos conoces, no dudes en visitar nuestra página web.