Seguramente, en alguna ocasión has oído hablar de las amalgamas, un material que hasta hace mucho tiempo se utilizaba en la reconstrucción de dientes por las caries. Se caracterizaba por su apariencia, ya que se veía una pieza de color metálico, generalmente de oro, plata o cobre. Aunque ya en los últimos años ha dejado de utilizarse, las amalgamas se convirtieron en su momento en una solución resistente ante los empastes dentales.
Cuando una caries era de tamaño considerable este material era el más utilizado por sus características de dureza, resistencia y durabilidad, sobre todo en los molares y premolares. Hablamos de un material que se endurece rápidamente, mucho más que las resinas o composites, por lo que era muy práctico para ciertas zonas de la boca.
¿Por qué dejaron de utilizarse las amalgamas?
Por un lado nos encontramos con el factor estético, ya que las amalgamas, lejos de ser discretas, resultaban bastante vistozas por su color. Pero además de eso, cayó en desuso porque contenías mercurio y en los últimos años se ha descubierto las negativas consecuencias que pueden tener para la salud.
No obstante, según los estudios desarrollados en el sector, el mercurio se estabiliza cuando se produce la amalgama, por lo que sería un elemento totalmente seguro. Aún así, también hay otros factores a tener en cuenta como por ejemplo la contaminación producida en su fabricación. Tanto es así que en algunos países como Suecia, Dinamarca y Noruega ya se ha prohibido su utilización y en la Unión Europea hay un procedimiento en curso para ello.
Por suerte, hoy en día contamos con muchas alternativas de calidad y resistencia para efectuar empastes seguros y duraderos. Ante cualquier duda, recuerda que en Clínica Dental Bajo contamos con la última tecnología y el mejor equipo humano. ¡Te esperamos!