Aunque las joyas dentales no son una novedad, sí es cierto que en determinadas etapas resurge como parte de la moda y nos sorprende a todos, incluso, con nuevos formatos. Cuando hablamos de este tipo de joyas nos referimos a aquellas piezas que se colocan en los dientes para llamar la atención de los mismos. Generalmente son de oro, plata o piedras brillantes aunque, como hemos dicho, cada vez surgen nuevos modelos.
Los jóvenes son los que, mayoritariamente, caen en esta moda como opción para destacar la sonrisa con un toque de originalidad. Y es que, además, parece un complemento totalmente inofensivo ya que, a diferencia de los piercings, no necesita perforación. No obstante, lo cierto es que las joyas dentales también conllevan riesgos, y es importante conocerlos antes de utilizarlas.
¿Cuáles son los riesgos de utilizar joyas dentales?
Por un lado, es importante recalcar que muchas veces se utilizan piezas que no son de muy buena calidad y que al estar en constante contacto con nuestra boca, pueden producir efectos secundarios. Además, si se elige un tamaño muy grande puede influir en la capacidad para abrir o cerrar la boca, generando tensión en los músculos de la mandíbula, o incluso producir rozaduras.
Por otra parte, este tipo de complementos en los dientes pueden favorecer el almacenamiento de restos de alimentos, generando bacterias y, por lo tanto, aumentando el riesgo de caries dentales o, incluso, el riesgo de sufrir daño en el tejido gingival.
En Clínica Bajo contamos con diferentes tratamientos de estética para mejorar nuestra sonrisa. No obstante, consideramos que la salud bucodental siempre es primordial y hay determinadas joyas dentales que pueden perjudicarla. Si optamos por utilizar un complemento así, debemos asegurarnos de que es de buena calidad y que nos lo pone un profesional. Es recomendable acudir a revisiones periódicas para prevenir cualquier inconveniente