En Clínica Bajo siempre fomentamos la prevención para así evitar complicaciones bucodentales. La limpieza diaria es fundamental para ello, utilizando no solo el clásico cepillado sino otras herramientas útiles como el hilo dental o el cepillo interdental. Sin embargo, también es clave estar atentos a las señales que nuestro propio cuerpo nos manda, y para ello tan solo tenemos que fijarnos en la lengua.
La lengua juega un papel central en prácticamente todas las funciones de la boca: la masticación, la deglución o hasta ser capaces de pronunciar palabras. Por ello es fundamental tener una buena limpieza lingual y a la vez estar atentos por si tiene algún aspecto que se sale de la normalidad, en cuyo caso, puede ser que nos esté avisando de que algo ocurre.
Algunas señales de la lengua que nos indica que algo no va bien
El tamaño, color y forma de la lengua puede variar de una persona a otra. Sin embargo, hay determinados aspectos que sí son alarmantes y ante los cuales deberemos consultar al especialista. Veamos los más comunes:
- Un aspecto blanquecino o amarillento: Si tenemos la lengua cubierta con una capa blanquecina o amarillenta puede ser por una falta de limpieza lingual y que eso provoque, a su vez, mal aliento. Si a pesar de mantener este aspecto teniendo una buena higiene, debemos consultarlo con un profesional.
- Capa blanquecina gruesa: Podría ser una infección por hongos (candidiasis bucal).
- Lengua pálida: puede ser signo de deshidratación o falta de vitaminas.
- Lengua excesivamente roja y abultada: Puede tratarse de escarlatina, una enfermedad infecciosa común en bebés que hoy en día tiene tratamientos sencillos.
- Lengua agrietada: Aunque no cause dolor, muchas veces facilita la aparición de infecciones, por lo que debe extremarse la limpieza.
- Llagas o bultos: Pueden darse por múltiples motivos, como un roce continuado, pero si son persistentes es mejor consultar con el médico.
Desde Clínica Bajo insistimos en que es fundamental acudir regularmente a la revisión con el dentista y que en caso de anomalía dejemos pasar el menor tiempo posible.