Si pensamos en nuestra boca, la saliva es un elemento indispensable. Y aunque mediamos con ella de forma automática. Lo cierto es que este fluido tiene una gran importancia para la salud de nuestra boca.
La saliva es un fluido corporal incoloro que tiene una misión básica: lubricar la cavidad bucal. Se estima que las personas segregamos alrededor de 1,5 litros de saliva al día. Desde 0,5 mililitros por minuto cuando estamos en reposo a 5 mililitros por minuto durante una comida.
Obtenemos la saliva gracias a las glándulas salivares. Además, este fluido está compuesto por un 99% de agua y un 1% de electrolitos, glucoproteínas, enzimas, inmunoproteías, células epiteliales, lípidos e hidratos de carbono.
¿Cuáles son las funciones de la saliva?
1. Lubricar la cavidad bucal, dientes y mucosas. Así podemos, por ejemplo, hablar, entonar bien las palabras o incluso ayuda con la deglución de alimentos.
2. Ayuda en la cicatrización de los tejidos orales.
3. Cumple una misión antibacteriana y antifúngica. Es decir, la saliva nos ayuda a limpiar nuestra boca.
4. Nos ayuda a mantener el pH neutro, neutralizando los ácidos producidos por la comida y evita la desmineralización del esmalte de los dientes.
5. Supone un medio de diagnóstico no invasivo. Aunque esto aún se está estudiando y sigue en desarrollo, es un hecho que se pueden identificar muchas patologías a través de la saliva.
6. Ayuda a la digestión. La saliva contiene alfa-amilasa que se encarga de digerir los almidones de nuestra dieta, es decir, el 60% de los carbohidratos en una dieta diaria. Por eso es importante que durante la masticación de los alimentos, estos se mezclen con el fluido el tiempo suficiente para mejorar la digestión.
7. Nos facilita el habla por hidratar la mucosa de la faringe y la cavidad oral.
Recuerda que para mantener una buena salud bucal es necesario hacer una revisión periódica. Acude a la consulta de Clínica Bajo, situada en el sur de Tenerife, para ser atendido por los mejores especialistas. ¡Te esperamos!