Los avances médicos nos han permitido identificar diferentes patologías en el último siglo. La evolución, que por suerte es constante, hace que cada día descubramos más cosas sobre enfermedades concretas, eso supone un mejor pronóstico y tratamiento, al no confundirse con otras enfermedades. El síndrome de la boca ardiente se ha confundido con otras afecciones durante mucho tiempo, sin embargo cada vez están más claros sus síntomas.
La Organización Mundial de la Salud define el síndrome de la boca ardiente como “un dolor bucofacial crónico caracterizado por ardor intraoral o alteración de la sensibilidad que se repite durante más de dos horas diarias, por lo menos el 50% de los días durante más de tres meses, y sin que haya evidencia de lesiones causales en un examen clínico”.
La mayoría de pacientes sufren una sensación de ardor, sobre todo en la lengua, alteración del gusto y sensación de boca seca. A esto hay que añadirle un malestar psicológico como frustración o ansiedad, que acaba interfiriendo en la vida diaria.
¿Existe tratamiento para el síndrome de la boca ardiente?
Los estudios realizados hasta ahora determinan que este síndrome es más frecuente en mujeres que en hombres, siendo la edad media entre los 55 y 60 años. Lamentablemente, a día de hoy, no se conocen las causas exactas aunque se apunta a componentes neuropáticos y psicógenos como responsables.
Sin conocer las causas y con tan pocos estudios al respecto es difícil determinar un tratamiento. Por el momento se apuesta por mejorar los síntomas, corregir los trastornos biológicos y/o morfológicos y tratar los cambios emocionales.
En Clínica Bajo tenemos claro que el tratamiento debe ser personalizado, pues no todas las personas presentan los síntomas de la misma manera. Es necesario hacer un estudio en profundidad y controlar las molestias que impiden desarrollar las funciones diarias con calidad de vida.