A todos nos gusta sentirnos bien con nosotros mismos cuando nos miramos en el espejo. Sin embargo, a veces hay ciertos detalles con los que no estamos del todo conformes y ahí es cuando la medicina estética entra en juego.
Las varices es uno de los problemas que más preocupa tanto a hombres como mujeres, pero no solo por una cuestión estética, también por una cuestión médica, ya que si no se tratan puede acarrear alguna que otra complicación.
Por suerte, la medicina estética sigue avanzando a pasos agigantados y hoy en día hay soluciones sencillas y eficaces para acabar con las varices. En Clínica Estética Bajo hoy queremos profundizar en las varices para no solo saber qué son sino también cómo podemos prevenirlas.
¿Qué son las varices?
Las varices son dilataciones venosas que no pueden efectuar el retorno eficaz de la sangre al corazón y sobre todo se dan en la parte baja del cuerpo.
El sistema circulatorio funciona de tal manera que la sangre limpia pasa por las arterias. Una vez que la sangre llega a los tejidos, vuelve al corazón a través de las venas. En las piernas, este retorno se produce hacia arriba, contra la gravedad, por lo que las venas tienen unas pequeñas válvulas para que puedan realizar esta acción.
Sin embargo, cuando estas válvulas no funcionan bien, la sangre puede acumularse, dilatando las paredes o incluso saliendo hacia fuera. Es entonces cuando se producen lo que denominamos varices.
¿Cómo podemos prevenir las varices?
Hay una serie de factores de riesgo que podemos controlar para evitar la aparición de varices:
– Controlar nuestro peso. Cuanto mayor peso corporal tengamos, mayor flujo de sangre tendremos y por lo tanto tendremos un mayor retorno. Por lo que las personas obesas tienen más posibilidades de que las válvulas de las venas no funcionen correctamente y aparezcan varices.
– Disminuir la retención de líquidos. Igual que con las personas obesas, las personas que retienen mucho líquido tienen mayor flujo de sangre. Para evitar esto podemos consumir alimentos ricos en potasio y mantenernos bien hidratados.
– Realizar ejercicio físico. Los músculos colaboran en cierta manera a activar y facilitar el retorno de la sangre. Mantenerlos tonificados puede ayudarnos considerablemente.